En el sector de Pescadería en la provincia Barahona, el señor Germán García no pudo contener las lágrimas al narrar cómo el agua dañó las pocas pertenencias que poseía. Se refería a las precipitaciones caídas por los remanentes del huracán Melissa, que pasó por el país siendo tormenta. Recorriendo varias comunidades afectadas y pudo constatar el difícil momento de los moradores, quienes han perdido mobiliario, producción agrícola y hasta la esperanza de recibir auxilio.
«Necesito ayuda«, repetía con desesperación el señor Germán García, una y otra vez, al confundir a este equipo de prensa con agentes de alguna institución.
Otra historia igualmente desgarradora es la de Leonarda López, quien, a sus 67 años, lidia con un cáncer de mama en etapa inicial.
«Necesito ayuda de la gente ahora para yo ir al médico… porque yo no tengo esposo y no tengo ayuda», exclamó
Como si no bastara tener que trasladarse a Santo Domingo una vez al mes para recibir tratamiento desde febrero o administrar sola su colmado, Leonarda ahora debe hacer frente a los estragos que dejaron las lluvias de Melissa.
Nilsa López cuenta cómo las precipitaciones deterioraron el techo de su casa hasta dejarlo prácticamente en ruinas.
Su casa estaba húmeda y las varillas del techo aún goteaban a pesar del incesante calor. La humilde mujer expresó que tuvo que desplazarse con sus dos hijos a casa de vecinos.
