La región se nos va de la mano: una peligrosa división se entroniza en Latinoamérica y el Caribe».

Una peligrosa división se entroniza en Latinoamérica y el Caribe. Intereses espurios aúpan el distanciamiento entre los pueblos, realidad retratada con precisión en el comunicado de la Cancillería dominicana con el que anuncia la posposición de la X Cumbre de Las Américas: “…profundas divergencias… actualmente dificultan un diálogo productivo en las Américas”.

Una posposición que se empezó a tejer desde que el Gobierno dominicano decidiera excluir de esa cumbre a Venezuela, Cuba y Nicaragua, algo que generó el inmediato rechazo de México y Colombia.

Ya había una grieta en la región provocada por la militarización de las aguas del Caribe y el bombardeo letal por parte de EE.UU de supuestas “narcolanchas”, en clara violación al derecho internacional. Asimismo, hubo presiones en procura de la adhesión de países a la denominación de grupo terrorista al Cartel de los Soles, a las que cedieron unos pocos.

Como reacción, y para ahondar la división, 23 países de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) rechazaron el despliegue militar y reivindicaron a América Latina y el Caribe como una zona pacífica, y otros diez exmandatarios de la Comunidad del Caribe (Caricom), expresaron preocupación.

No es una división siquiera en bloques, sino en bandos claramente diferenciados, el más beligerante de ellos liderado por Estados Unidos, con un elevado componente de descalificación basada en lo político-ideológico

Es una situación tan agravada, que cierra cualquier espacio para una mediación.

La multilateralidad y el respeto al estado de derecho desfallecen, y prima el interés de algunos de promover la controversia, con lo que se altera la paz y se distorsionan los lazos de solidaridad.

Nada ni nadie debiera impedir que América Latina y el Caribe sigan siendo zona de paz, sobre la base del anhelo legítimo de los pueblos de promover relaciones amistosas, y de alejarse de cuanto pueda atentar contra la democracia y la diplomacia, a la vez que se rechaza cualquier opción que conspire contra el diálogo y que implique el uso de la fuerza.

Comparte esto!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *