La resolución del Ministerio de Salud Pública (MSP) que eleva el esquema completo de vacunación contra al covid-19 a tres dosis, y a la vez restringe la entrada a los espacios públicos solo para los que cuentan con tres pinchazo del biológico, aún no surte efectos en la población.
A un día del anuncio de la nueva medida, los centros de inoculación continuaban con una baja afluencia de individuos.
Así lo confirmó ayer el doctor Cheitto Almonte, al señalar las festividades decembrinas, como una de las causantes de la poca asistencia de personas que buscan administrarse una de las dosis del suero.
El encargado del centro de vacunación habilitado en el centro olímpico Juan Pablo Duarte, manifestó que la mayoría de los interesados en vacunarse, llegan por el segundo y tercer pinchazo del preparado.
Asimismo, la doctora Heidi Pérez, quien funge como titular del puesto de inoculación del hospital Santo Socorro, declaró que en las últimas horas la tercera dosis del antígeno está siendo altamente demandada por la población adulta.
Sin embargo, esos que arriban a los puntos de vacunación contra el covid-19 a inyectarse por tercera vez con el fármaco que combate el contagio del virus, no lo hacen por la nueva orden del órgano rector de la salud, sino porque ya habían decidido aplicarse nuevamente la vacuna.
Elías Espinal de 19 años, es una de esas personas, el joven llegó al centro comercial Plaza Duarte en las primeras horas de la mañana a vacunarse porque tenía pendiente la tercera dosis.
Al conversar con este medio, declaró que optó por administrarse una vez más el antígeno porque en caso de resultar contagiado, este fortalece más la defensa del organismo y ayuda a contrarrestar los síntomas de la patología.
Aunque se aplicó la tercera dosis por decisión propia, Espinal entiende que tener la tercera vacuna debe ser algo esencial en el próximo año, para reducir los riesgos del padecimiento.
La señora Niurka Rodríguez de 40 años, también tomó la decisión de colocarse la tercera dosis porque aumenta la protección ante la infección del coronavirus.
De igual forma, María Isabel de 39 años, lo hizo para reducir las posibilidades de resultar contagiada con el Sars Cov 2.
